El Monasterio de Lluc es el centro espiritual de Mallorca. También es lugar de peregrinación de excursionistas, atraídos por la belleza de un paisaje de montaña con roquedales y bosques de encinas. El monasterio se encuentra en Escorca, municipio que concentra las cimas más altas de la sierra de Tramuntana. Su construcción empezó en el siglo XVII sobre un asentamiento prehistórico que, dada su etimología, pudo considerar como lugar sagrado el encinar que lo rodea. Lluc procede de 'lucus', bosque en latín. La iglesia guarda la imagen de la Mare de Déu de Lluc, una Virgen morena que ya se menciona en un inventario de 1420 y que, según la leyenda, fue encontrada en el interior del bosque por un pastor. El monasterio es sede de la Escolanía de los 'Blauets', la más antigua de la isla. También alberga un museo, con secciones de numismática, imaginería religiosa, cerámica, interesantes piezas prehistóricas y una colección de etnología recogida por el artista Coll Bardolet. Entorno inigualable La entrada se realiza por la Plaça dels Peregrins, con bellos jardines y magníficos porches construidos a finales del siglo XVI como alojamientos y establos. También destaca la cruz de Ca s'Amitger, que data de 1400 y es el único ejemplo que queda de las siete originales que marcaban el camino viejo de Lluc. Desde aquí, la fachada de corte modernista, al igual que la decoración interior, sorprende por sus dimensiones. En esta plaza suele celebrarse, en los meses de verano, un mercadillo de artesanía y productos autóctonos con denominación de origen. Dentro de los terrenos se encuentra un área recreativa rodeada de encinar y de fácil acceso. En ella funciona el Centro de Estudios y de Interpretación del Medio Natural de Ca s'Amitger, instalado en una antigua casa rural del siglo XVI y dedicado a desarrollar cursos en torno a la naturaleza. Cuenta con una exposición permanente, con folletos explicativos del centro y de la zona. Una de las excursiones más sorprendentes que pueda imaginarse parte de este monasterio. Es la que recorre la desembocadura del Torrente de Pareis, un impresionante desfiladero que conduce hasta Sa Calobra, de una belleza inigualable. El Monasterio de Lluc está en el municipio de Escorca. Tiene hospedería, para reservas hay que solicitar con tiempo debido a la gran demanda.
La actual casa consistorial de Artá data del año 1941. A causa de la falta de espacio de la antigua sede y de su mal estado, en tiempos de la II República (1931-1936), se planteó la idea de construir un nuevo edificio. Con la guerra civil, el proyecto se paralizó, pese a los intereses de las nuevas autoridades falangistas de llevarlo a cabo. Una vez acabada la guerra, los trabajos se aceleraron, inaugurándose en 1941 tanto el edificio como la plaza anexa. Edificio, totalmente simétrico de tres plantas, presenta un patio interior que distribuye la planta baja. El sótano se utilizaba, como en muchos otros lugares, como calabozo, el primer piso como oficina i el desván como archivo.
A lo largo del siglo XIX y XX a Artá llegaron los primeros emigrantes que habían hecho fortuna en las Américas, conocidos como indianos. La vuelta de este colectivo enriquecido, inició una disputa constructiva entre las elites acomodadas y los recién llegados, compitiendo los unos con los otros con tal de ostentar el mayor poder económico. Estos emigrantes importaron de los lugares de donde venían nuevos estilos constructivos, y na Batlesa es un ejemplo. El edificio, construido entre 1898 y 1900, se presenta como un volumen independiente situado encima de un pequeño podio que conforma una terraza cerrada por una balaustrada. La fachada principal es singular por su disposición perpendicular respecto a las crujías, de tal manera que conforma un gran frontón triangular. A destacar de la fachada principal; la escalera curvilínea que da acceso al edificio y el balcón del piso noble. En 1984, el casal fue cedido por su propietario, Cristòfol Ferrer, al Ayuntamiento, convirtiéndose, así, un edificio público donde hoy se encuentra la biblioteca municipal, la oficina de información juvenil, una sala de exposiciones y un fondo documental del pintor Miquel Barceló. Además, en una parte del solar se emplaza el teatro municipal.
muy bonito plaza interior
Situado en un emplazamiento que ha sido ocupado por las diferentes culturas que han poblado las islas a lo largo de los siglos, bajo sus cimientos y en su estructura se encuentran huellas de todas las épocas. Actualmente este palacio lo utiliza el rey de España para las recepciones oficiales cuando se encuentra en la isla.
Se trata de dos edificios proyectados simultáneamente y de idéntica composición, conocidos como casa Casasayas y Pensión Menorquina, separados por una calle estrecha (C/ Santacília) sobre la que se había previsto un paso voladizo de unión que nunca llegó a realizarse, por decisión municipal. Los dos edificios fueron realizados con un año de diferencia con una cronología que abarca los años 1908-1910 y 1909-1911. Can Casasayas fue destinada a vivienda plurifamiliar con local comercial en la planta baja. Ambos edificios presentan soluciones parecidas, tanto en su distribución interior como en las fachadas. Los dos constan de planta baja y cuatro pisos en los cuales todas las habitaciones se encuentran situadas en la fachada, permitiendo una perfecta iluminación del interior. El tratamiento de las fachadas es idéntico en ambos casos y viene determinado por el carácter modernista de las mismas comprometidas en la tendencia Art Nouveau. La influencia gaudiniana, especialmente de la Casa Batlló, se nota en los arcos parabólicos de las aberturas y en el tratamiento ondulante del edificio. Los materiales utilizados son el hierro forjado, en los balcones, la madera de las persianas adaptadas a la forma ondulante de la fachada y la piedra de marés. La decoración, a pesar de ser escasa, es de gran originalidad, basada en detalles estilizados de flores en las columnas o mariposas, etc. Se aprecian las iniciales JCC (Josep Casasayas Casajuana) en la fachada del edificio de la derecha, que hacen referencia al propietario y promotor. La dirección de las obras de la Pensión fue acabada por Guillem Reynés, ya que en 1909 Francesc Roca i Simó se trasladó a Argentina, donde proyectó un gran número de obras influenciadas por un modernismo catalán.
Actualmente está englobada dentro del área urbana de la ciudad, pero antiguamente quedaba fuera del núcleo urbano. El peculiar nombre de esta robusta torre almenada de planta rectangular, responde a su remate almenado, que recuerda la función defensiva que tuvo la construcción cuando fue levantada, entre los siglos XIII y XVI. La función de este recinto defensivo del que solo queda la torre fue la de avistar las señales emitidas por las atalayas costeras y prevenir así a la población ante posibles invasiones. Otros elementos destacables son el portal de acceso de medio punto, adovelado y levantado sobre cinco peldaños, dos ventanas geminadas en el primer piso y una ventana cuadrangular con alféizar en la planta baja, a la derecha del portal; algunos contrafuertes refuerzan la estructura. La sala principal, en el primer piso, tiene planta rectangular. Esta torre es la única muestra de “torre vivienda” del siglo XIV que se conserva en la isla. Actualmente es un centro cultural con salas para exposiciones de arte, pintura y fotografía.
El sepulcro de Ramon Llullse encuentra en la iglesia de San Francisco de Palma de Mallorca. Realizado por Francesc Sagrera y Joan Llobet en 1487, aunque quedando inacabado. En la parte superior encontramos la figura yacente del beato, colocado de forma abatida, en medio relieve, colocándose en su parte superior dos ángeles que portan su alma. La parte baja fue la que quedó inacabada, con una serie de nichos sobre los que colocar las esculturas de las artes liberales que todavía podemos reconstruir mentalmente gracias a las ménsulas inferiores. Realizado en alabastro, se trata de una talla fina y delicada que contrapone los excesos flamígeros de la hojarasca con formas de un realismo extremo y minucioso en la escultura del protagonista.
Can Bell Esguard, un edificio atípico y singular, que sorprende tanto por su construcción como por su historia: Al contrario de lo que era común en Sóller, esta casa fue construida por encargo de un emigrante francés establecido en la villa a finales del siglo XIX. En su origen, Can Bell Esguard fue un molino fortificado, reformado en 1898. En él destacan los elementos decorativos medievalistas y mudéjares, así como la cerámica cromada y las torrecillas, por las que se le conoce popularmente, como Ses Torretes.
En un radio de 10 km se localizan más de 15 yacimientos, 9 elementos arquitectónicos de interés etnológico además de una representación de las comunidades vegetales presentes en el archipiélago balear. El municipio de Calvià ofrece entre sus muchos atractivos este parque arqueológico de 35 hectáreas de extensión en la zona de Santa Ponça. Cuenta con varios miradores con magníficas vistas y seis kilómetros de pistas para el senderismo. Ofrece diversidad de accidentes geográficos alcanzando en su cota máxima los 119 m sobre el nivel del mar. El periodo de ocupación de la zona arqueológica va desde el siglo VI aC hasta 1229, año en que desembarca el rey Jaume I en esta misma zona para conquistar la isla a los sarracenos. En un radio de 10 km se localizan más de 15 yacimientos, 9 elementos arquitectónicos de interés etnológico además de una representación de las comunidades vegetales presentes en el archipiélago balear. La Conselleria de Turisme del Govern de les Illes Balears, a través del INESTUR, ha colaborado con el ayuntamiento para adecuar el parque a la visita pública y hacer posible el disfrute de este entorno natural y cultural del municipio de Calvià.
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