Se trata de dos edificios proyectados simultáneamente y de idéntica composición, conocidos como casa Casasayas y Pensión Menorquina, separados por una calle estrecha (C/ Santacília) sobre la que se había previsto un paso voladizo de unión que nunca llegó a realizarse, por decisión municipal. Los dos edificios fueron realizados con un año de diferencia con una cronología que abarca los años 1908-1910 y 1909-1911. Can Casasayas fue destinada a vivienda plurifamiliar con local comercial en la planta baja. Ambos edificios presentan soluciones parecidas, tanto en su distribución interior como en las fachadas. Los dos constan de planta baja y cuatro pisos en los cuales todas las habitaciones se encuentran situadas en la fachada, permitiendo una perfecta iluminación del interior. El tratamiento de las fachadas es idéntico en ambos casos y viene determinado por el carácter modernista de las mismas comprometidas en la tendencia Art Nouveau. La influencia gaudiniana, especialmente de la Casa Batlló, se nota en los arcos parabólicos de las aberturas y en el tratamiento ondulante del edificio. Los materiales utilizados son el hierro forjado, en los balcones, la madera de las persianas adaptadas a la forma ondulante de la fachada y la piedra de marés. La decoración, a pesar de ser escasa, es de gran originalidad, basada en detalles estilizados de flores en las columnas o mariposas, etc. Se aprecian las iniciales JCC (Josep Casasayas Casajuana) en la fachada del edificio de la derecha, que hacen referencia al propietario y promotor. La dirección de las obras de la Pensión fue acabada por Guillem Reynés, ya que en 1909 Francesc Roca i Simó se trasladó a Argentina, donde proyectó un gran número de obras influenciadas por un modernismo catalán.
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