Excursión Nº 1: Llucmajor – Camí de Binifi cat – Font des Pèlec – Llucmajor. Duración: 2 h Distancia 8,5 km Dificultad Fácil. Versión corta: Llucmajor – Camí de Binifi cat – Camí des Pontarró – Camí de Son Ponç – Llucmajor. Duración 1 h 45 min Distancia 7 km La excursión empieza al lado del Instituto de Llucmajor (donde hay sitio para aparcar), y sale hacia el campo por el Camí de Gràcia, un ancho camino asfaltado señalizado con “Agroturisme Son Sampolí”. El camino sale del pueblo, pasando por campos de almendros, fincas sembradas y algunas casas. Se debe tener en cuenta que puede haber algo de tráfico al principio. Pronto pasaremos una gran cruz de piedra a la izquierda en la intersección del Camí de Sa Creu de Ses Dones, y continuando derecho, un poco más adelante pasaremos otro camino, el Camí des oix Carro, señalizado hacia Algaida, también a la izquierda. Llegando a una bifurcación en el camino (12 min) nuestra ruta de hoy continúa por la derecha, siguiendo el Camí de Binificat, un camino algo más estrecho con una variada vegetación a ambos lados – hinojo, moreras, espárragos silvestres, algarrobos, etc.- Ahora podremos ver el Puig de Randa (Exc. Nº 2) a nuestra izquierda. Pasaremos el Camí de Son Sampol (20 min) a la derecha, y más adelante un letrero indicando la entrada de “Villa Sampol”, con el Puig de Randa algo más cerca ahora. A los 45 min pasaremos un camino de tierra sin nombre, y casi enseguida otro camino, el Camí des Pontarró, ambos a la izquierda. La versión corta gira a la izquierda aquí, en el primero de los dos caminos, asciende ligeramente llegando al Camí de Son Ponç, y gira de nuevo a la izquierda para regresar a Llucmajor en el punto de partida La ruta principal continúa adelante, pasando algunas entradas elegantes de nuevas residencias, y poco después (50 min) abandona el camino por el que vamos para girar a la derecha por un camino estrecho, que parece acabar delante de una verja a la entrada de una casa con una palmera alta. Nos dirigiremos hacia la verja, y pronto veremos que la ruta gira de nuevo a la derecha justo antes de la verja para continuar ahora en dirección a Llucmajor. Pasaremos algún que otro molino, bastante descuidado, y algunas casas rurales también algo abandonadas, siguiendo el camino principal y con los montes bajos cubiertos de bosques de pinos a la izquierda. A 1h10min de caminar, llegaremos a la fuente – o Font des Pèlec – un lugar ideal para hacer un alto, disfrutar de un picnic, o simplemente descansar debajo de la sombra de los árboles al lado del riachuelo. Aquí agua fresca sale burbujeante de la fuente casi todo el año. Se cree que esta zona era un gran pantano en tiempos pretéritos, con múltiples fuentes y lagunas; algunos nombres sugieren que esto fue así, como por ejemplo, Es Pontarró. Continuando ahora nuestra vuelta a Llucmajor, seguiremos por el camino principal, atravesando un paisaje tranquilo de campos abiertos, algunas casas y tierras cultivadas, con el Puig de Randa ahora a nuestra derecha. Pronto tendremos unas buenas vistas hacia el Puig de Ses Bruixes y la Serra de Galdent (excursiones Nº 3 y 5 de esta guía) delante nuestro a la derecha. El camino se empieza a ensanchar bastante, y pronto llega a la carretera que une Llucmajor con Porreres (Ma-5020) donde un giro a la derecha nos llevará de vuelta a Llucmajor entrando por una rotonda justo donde sale la carretera hacia Campos, al lado de un molino con restaurante, después de 1h 55 min de excursión. Para regresar al punto de partida, giraremos otra vez a la derecha desde la rotonda, caminando por la Avinguda Ramon de Sant Martí, para seguir el camino señalizado hacia Algaida, que pronto gira a la izquierda para llegar de nuevo delante del Instituto en 2h 15min.
Excursión Nº 2: Llucmajor – Camí de Gràcia – Camí Vell de Gràcia – Santuari de Gràcia – Llucmajor. Duración 2 h 20 min 4,6 km Fácil, pero con un ascenso de unos 200m en total Esta es una excursión idílica. La ruta asciende el Puig de Randa – o Monte de Randa – hacia el imponente Santuario de Gracia por un sendero sombreado de bosques, que ofrece unas incomparables vistas panorámicas sobre gran parte de la isla: el Pla de Llevant, la enorme Bahía de Palma, Llucmajor y su comarca, su costa, y en días de buena visibilidad, la mágica Isla de Cabrera flotando sobre un horizonte azul Esta excursión empieza delante del Instituto de Enseñanza Secundaria de Llucmajor, y sigue el Camí de Gràcia durante unos 20 min antes de girar a la izquierda para continuar por el Camí Vell de Gràcia, hacia el pie de la montaña de Randa. Aquí ya empieza un ligero ascenso, entre algunas casas, fincas y campos de almendros. El camino hace un breve y ligero descenso pasadas las casas y pasaremos el Camí des Putxets a la izquierda. Poco después veremos un gran letrero con información para senderistas, que indica el comienzo de la subida hacia el monasterio, por el Camí de Ses Voltes. Cuanto más arriba llegamos, más espectaculares son las vistas. Podremos ver la gran Bahía de Palma, la costa sur de Llucmajor, el Pla de Llevant, y la Isla de Cabrera. Las montañas de Felanitx, con su Santuario de Sant Salvador y el Castell de Santuiri también son visibles. Pasaremos una pequeña gruta con una Virgen (1 h 10 min) y en pocos minutos más llegaremos al Santuari de Gràcia (1 h 15 min) con su amplia entrada, cobijado bajo de un enorme e impresionante escarpado rocoso en la montaña. Aquí se nivela el terreno, y podremos pasar un rato muy agradable, disfrutando de un picnic, o tomando tiempo para admirar las magníficas panorámicas desde este maravilloso punto estratégico a más de 350 m sobre el nivel del mar. El regreso es por el mismo camino, descendiendo el monte hasta el Camí de Gràcia, y girando a la derecha para llegar de nuevo al punto de partida al lado del Instituto después de 2 h 20 min de excursión.
Llucmajor – Camí de Son Mendívil – Camí Vell d´Algaida – Camí de Ses Pedreres – Restaurante Galdent – Camí de Galdent – Llucmajor Duración 1 h 45 min 6,7 km Fácil, con suaves ascensos y descensos Se trata de una excursión circular que sale de Llucmajor hacia el norte, camino a la rocosa y agreste Serra de Galdent, pasando delante del famoso Restaurante Galdent – único y sorprendente, pues está ubicado dentro de los recintos de una enorme cueva – y luego descendiendo de nuevo por caminos rurales regresa a Llucmajor para finalizar en el mismo punto de partida. En esta ruta, desde el camino que bordea la sierra, disfrutaremos de unas impresionantes vistas panorámicas que abarcan desde la villa de Llucmajor y sus alrededores hasta la costa. Como nota, añadir que esta excursión es espectacular cuando florecen los almendros en febrero. La excursión empieza en la Plaça Fra Jeroni Boscana (en la vial hacia Algaida), donde hay un antiguo molino sin aspas en el centro de la rotonda. Cara a las montañas, iremos hacia la izquierda, para seguir el Camí de Son Mendívil, señalizado con “Restaurante Galdent”. Salimos así del pueblo en dirección a las colinas. Aquí el camino asfaltado es ancho, flanqueado por moreras e hinojo silvestre. Pasaremos el Camí del Comellar a los 20 min y poco después el Camí de Son Conill, ambos a la izquierda. Siguiendo el camino principal, llegaremos al Caminal de Galdent a la derecha, a los 30 min; aquí la versión corta gira a la derecha para seguir un camino más estrecho de tierra, pasando algunas fincas algo abandonadas y un antiguo pozo, enlazando de nuevo con la ruta principal poco antes del regreso a Llucmajor. La ruta principal continúa a partir de este punto unos cien metros más, y gira a la derecha para continuar por el Camí Vell d ́Algaida, también señalizado con “Restaurante Galdent”. En estos momentos empezaremos una ligera subida hacia la sierra, y nos daremos cuenta que ya casi no hay vehículos. A los 40 min giraremos de nuevo a la derecha para seguir el Camí de Ses Pedreres, un camino más estrecho, que continúa en suave ascenso hacia la rocosa Serra de Galdent, ahora ya muy cerca. Para regresar a Llucmajor, continuaremos por el camino, que poco después tuerce a la derecha y luego a la izquierda, descendiendo suavemente con campos abiertos a ambos lados. Siguiendo la ruta principal, nos iremos acercando a Llucmajor. Pasaremos el Camí de Ferrutxelles (Exc. Nº 5) a mano izquierda a 1 h 20 min, y ya mucho más cerca pasaremos el otro extremo del Caminal de Galdent (1h 30min), donde la versión corta se junta de nuevo con la principal. Poco después pasaremos el grandísimo cementerio de Llucmajor, con su amplio parking. Aquí el camino se ensancha mucho, y en unos minutos más estaremos de vuelta a Llucmajor en el mismo punto de partida después de 1 h 45 min y 6,7 km de excursión
Llucmajor – Camí de Gràcia – Camí de Son Ponç – Cami Vell de Montüiri Duración 2 h 30 min 9,6 km Fácil, con suaves ascensos y descensos NOTA: En principio esta excursión es sólo de ida, y sería necesario haber organizado una recogida al final del camino (en el punto del km.5,9 de la carretera Ma-5017 de Randa a Montuïri). Como alternativa, regresar a pie, pero se convierte sí en una larga excursión de casi 19 km. Si busca una excursión a pie, tranquila y sin complicaciones, aquí la tiene; un camino rural que alterna campos abiertos y amplias vistas con pequeños bosques, en un solo sentido, y con suaves ascensos y descensos entre coloridos paisajes. En pocas palabras, un agradable paseo para cualquier época del año. La excursión empieza en el mismo punto de partida que las excursiones números 1 y 2, saliendo desde el Instituto por el Camí de Gràcia, y sigue por la izquierda en la bifurcación a los 12 min Pasaremos el Camí Vell de Gràcia (exc. Nº 2) a los 20 min y el Agroturismo (hotel rural) de Son Sampolí a los 30 min. Continuaremos por la ruta principal. Puede que pase algún que otro vehículo. Muy pronto pasaremos el Camí de S ́Aresta que aparece a la izquierda (35 min); camino sin asfaltar que conduce a un área recreativa (Can Pancuit) más arriba en la falda del monte (versión alternativa). La ruta principal continúa entre algunos chalets y viviendas. Pronto el camino se estrecha, y se vuelve bastante más tranquilo en cuanto a tráfico, con campos biertos a la derecha y la montaña de Randa a la izquierda. Más adelante, pasaremos el Camí des Pontarró a la derecha (versión corta de la exc. Nº 1) y seguiremos, ahora con algunas zonas sombreadas por los árboles, bordeando la base del Puig de Randa, ahora más cerca. La ruta recorre un paraje rural ncantador, pasando por algunas granjas y fincas aquí y allí, campos abiertos y áreas de bosque, serpenteando en suaves ascensos y descensos. Mirando hacia atrás de tanto en tanto, podremos apreciar las vistas abiertas sobre las colinas y campos de Llucmajor en la lejanía, incluso en algún momento se puede ver el mar. A 1 h 10 min pasaremos el Camí de Son Ponç a la derecha, momento en que se en unos hermosos bosques de pinos al pie de la montaña de Randa a la izquierda. A medida que vayamos avanzando tendremos más zonas de sombra, mientras atravesamos los bosques, para pronto dejar atrás el Puig de Randa, habiendo ya rodeado el pie de la montaña. El asfalto acaba (1 h 35 min) y la ruta continúa por un sendero ancho de tierra bastante pedregoso. Pasa entre varias fincas y esidencias escondidas en los bosques. Pronto veremos la Sierra de Tramuntana en el horizonte a la izquierda, distinguiendo fácilmente sus tres picos más altos: el Puig Major – el de más altura con 1445 m – el Puig de Massanella y el Puig Tomir. Ya hemos dado la vuelta al Puig de Randa. El camino se nivela. Pasaremos por campos abiertos de nuevo, antes de emprender un suave descenso hacia El Pla y el pueblo de Montuïri. La ruta gira a la izquierda y después a la derecha a 1 h 45 min, para poco después pasar por la entrada de Son Sastre a la derecha. En este punto seguiremos hacia la izquierda y unos minutos más tarde un giro abrupto a la izquierda nos llevará a un punto donde se abre frente a nosotros una vista panorámica sobre el Pla y las distantes montañas de la Sierra, con el pueblo de Montuïri abajo – es como un mirador. Ahora continuaremos el descenso, la montaña de Randa ya bien a nuestras espaldas. Toda esta área es lo que se denomina ANEI (Area Natural de Especial Interés) y está protegido por la variedad de plantas autóctonas y vida animal que existe en la zona. Al llegar a una especie de cruce de caminos (2 h), ontinuaremos derecho y caminaremos por zona de campo abierto, disfrutando de amplias vistas, siguiendo con nuestro suave descenso. Pasaremos por delantede algunas residencias elegantes, y luego por una finca algo abandonada, llegando pronto al final del camino, que termina en la carretera Ma-5017, cerca del hito del km 5,9 después de 9,4 km de marcha, a la espera de nuestro transporte de recogida. Si no, y si tenemos todo el día para disfrutar, ¿por qué no regresar por el mismo camino? La actividad siempre brinda nuevas vistas y perspectivas. Quizá haya tiempo para disfrutar de un picnic antes de regresar a Llucmajor
Llucmajor – Puig de Ses Bruixes – Llucmajor. Duración 2 h 15 min 7,1 km Fácil, pero con un ascenso empinado. El Puig de Ses Bruixes, con una altitud de más de 300 m sobre el nivel del mar, es aquella montaña puntiaguda que destaca por su curiosa forma, visible desde buena parte de Llucmajor. Desde su cima, no solo puede verse Llucmajor y sus alrededores, municipio en que se encuentran todas las excursiones de este libro, sino más bien casi toda la isla de Mallorca. Parece desafiar nuestra intención de coronarla, mientras contemplamos su pico triangular y agreste desde nuestro punto de partida. Aunque veremos luego que no había nada que temer, ya que resulta una montaña bastante accesible por su ladera norte. Además, ¡una impresionante vista panorámica nos espera! La excursión empieza en el cementerio de Llucmajor, donde hay un aparcamiento muy amplio. Salimos en dirección norte, directamente hacia la Serra de Galdent por el Camí de Galdent. Nos mantendremos en el camino principal, pasando el Camí de Buniferri a mano derecha, hasta llegar al Camí de Ferrutxelles (12 min), donde giraremos a la derecha. Este es un agradable camino rural, bastante tranquilo, con algunas casas entre los árboles. Puede que rompa el silencio algún que otro ladrido de perro, alertado por nuestra presencia. Al acabar el asfalto cerca de una intersección de caminos, cruzamos el Camí des Puig (nuestro camino de vuelta regresa desde la izquierda en este punto) y continuaremos en el Camí de Ferrutxelles, ahora en un camino pedregoso. Caminando por aquí, tenemos una buena vista abierta hacia nuestro destino, el Puig de Ses Bruixes, “Montaña de las Brujas”, y podremos apreciar sus extrañas formas rocosas. Desde este punto, parece imposible acceder a su pico, pero a medida que vayamos rodeando su base, su apariencia va cambiando. A los 25 min continuaremos hacia la derecha (el camino de la izquierda conduce a unas fincas al pie de la montaña) siguiendo todavía el Camí de Ferrutxelles en un ligero descenso. Pronto llegaremos a un camino ancho, el Camí de Son Saleta, donde giraremos a la izquierda. Es interesante notar la antigua acequia en el lado derecho de este camino de tierra, que antaño llevaba agua desde las montañas de Randa hacia Llucmajor, y la distribuía en pequeñas acequias a cada hogar. Las paredes fueron elevadas unos años después, pero ahora ha caído en desuso. Caminamos ahora hacía la montaña, y podremos ver cómo va cambiando su forma. El camino arenoso se desvía ligeramente hacia la izquierda, y pasaremos un camino cerrado a la derecha, cerca de una antigua fábrica de cemento abandonada. Continuaremos bordeando el pie de la montaña un poco hacia la izquierda. Mientras tanto tendremos buenas vistas hacia los montes de Randa a nuestra derecha. A los 40 min un camino, difícil de distinguir, sube a la izquierda del nuestro. No es muy obvio, pero se puede seguir ya que enlaza con nuestro camino de subida un poco más arriba. De todos modos, es mejor continuar en el camino principal unos minutos más para encontrar el comienzo del sendero de ascenso a mano izquierda, justo delante de un aljibe de agua. Girando a la izquierda pues, iniciaremos nuestro ascenso por este sendero, ancho al principio pero estrechándose casi enseguida, entre arbustos de brezo y pinos. Un poco más arriba el sendero tuerce hacia la derecha, y es en este punto que el otro caminito no tan obvio se junta con el nuestro. Aquí veremos que alguien ha colocado una flecha de piedras en el suelo a modo de guía. Ahora el sendero empieza a subir más en serio, es más empinado, y ascendemos rápidamente. Las vistas empiezan a ser más amplias, sobretodo hacia los montes de Randa. Después de pasar por un hueco en una pared seca de piedra, giraremos inmediatamente hacia la izquierda donde el sendero sigue hacia arriba. Veremos a lo largo de la ruta unos hitos o montoncitos de piedras que nos van guiando entre la vegetación y las rocas, ya que a partir de aquí el camino es algo más difícil de ver. Ya estamos a más de 200 m de altura. Después de una fuerte pero corta subida, seguiremos hacia la izquierda donde la ruta rodea unas rocas grandes. Pronto llegaremos a un gran montón de piedras justo debajo de una pared de roca; aquí comienza la bajada al regresar de la cima. Pero primero queremos coronar el pico, así que continuaremos hacia la meta enfilándonos por la pared de roca que tenemos delante (no es difícil), para seguir caminando y saltando de roca en roca, (hay algo de camino entre ellas) hasta llegar por fin a la cima de esta enigmática montaña, el Puig de Ses Bruixes, a 359 m sobre el nivel del mar (1 h 25 min). Y ¡qué maravilloso panorama nos espera! – hay vistas abiertas a todo nuestro alrededor, si el buen tiempo acompaña y hay buena visibilidad, ¡por supuesto! A nuestros pies queda Llucmajor y su costa, con la Isla de Cabrera delante sobre un horizonte azul. Podremos ver la enorme Bahía de Palma con la gran ciudad blanca reflejada en sus aguas. Hacia el este, los montes de Felanitx y toda la costa sur, y las montañas de Randa. Hacia el norte, se puede apreciar casi toda la Serra de Tramuntana, desde su extremo suroeste hasta la península de Formentor. Y la gran Bahía de Alcudia, incluso las lejanas montañas de Artà son visibles desde aquí en días claros. Con total seguridad pasaremos algo de tiempo aquí arriba para disfrutar de todo esto, y ¡quizá hacer alguna foto! La leyenda cuenta que el nombre de esta montaña procede de las brujas que habitaban en unas cuevas cercanas. Cuando los carros circulaban a los pies de dicha montaña, los mulos tenían gran difi cultad para tirar de ellos, ya que las brujas se montaban encima de los mulos sin que fueran vistas y apenas podían tirar. Los habitantes del lugar pusieron en conocimiento del rey Jaume I el hecho, y él se dirigió hacia el Puig de Ses Bruixes con dos capellanes y un monaguillo. Se encaramó con la carroza hasta el pico y plantó una cruz. El monaguillo mientras tanto, muerto de miedo, se situó en un monte vecino, por eso se llama el “Puig de s ́Escolà” (monaguillo). Desde entonces no han vuelto a aparecer las brujas. Nuestro regreso será retrocediendo por las rocas y descendiendo hasta el montón de piedras debajo de la pared de piedra, a unos cinco minutos desde la cima. Si buscamos un poco, veremos una flecha roja, indicando tres caminos, pintada en la roca cerca del montón de piedras, y aquí comienza nuestro descenso. De espaldas a la cima, giraremos a la izquierda entre dos paredes de roca, para seguir un sendero bien marcado. Este camino baja rápidamente entre los árboles, bastante empinado en algún punto y con piedras sueltas a veces, aunque nada difícil. En solo diez minutos habremos hecho el descenso, acabando en un camino asfaltado, donde giraremos a la izquierda. Al final de este camino giraremos otra vez a la izquierda para continuar en el Camí des Puig en dirección a Llucmajor. Al llegar a la intersección (donde cruzamos en el trayecto de ida) giraremos a la derecha para seguir de nuevo el Camí de Ferrutxelles hasta el Camí de Galdent. Ahora solo nos faltará un giro a la izquierda para regresar a Llucmajor, llegando al punto de partida en el aparcamiento del cementerio, habiendo finalizado así una ruta circular de 7,1 km en 2 h 15 min
S´Estalella (S´Estanyol) – Cala Pi (Vallgornera) – S´Estalella Duración 2 h 8,8 km Muy fácil Saliendo de Llucmajor por la carretera Ma-6015 (señalizado hacia S’Estanyol), giraremos a la derecha al llegar al mar y allí encontraremos amplio espacio para aparcar el coche. La excursión empieza aquí, cerca de la hermosa cala de ‘Es Racó de S’Arena’. Caminamos hacia ella pasando el Club Náutico de s’Estanyol, siguiendo un camino ancho y arenoso después de acabar el asfalto. Al acercarnos, veremos un cartel informativo de Es Racó de S’Arena, una verdadera joya de cala, prácticamente desconocida para buena parte de los turistas. En verano, es un lugar idílico, tranquilo y alejado de las masas. En invierno, sin embargo, presenta otra cara, debido a su vulnerabilidad es a menudo engullida por el mar embravecido, y grandes cantidades de algas son depositadas en lo que queda de la playa. Puede que incluso tengamos que mojarnos un poco para poder continuar con la excursión. Al llegar al otro lado de la playa, veremos varios senderos arenosos que suben la cuesta. Casi mejor si optamos por el que discurre cercano al mar, llegando a un camino mas ancho un poco más arriba, donde veremos señalizaciones hacia el “Faro”. Seguimos rectos en la primera bifurcación, y luego girando hacia la izquierda y pasando por una casita, llegaremos al Faro de S ́Estalella (15 min). A partir de este punto ya podemos disfrutar de unas maravillosas vistas. La Isla de Cabrera parece más grande desde aquí, dispuesta sobre un horizonte azul delante de nosotros. Asimismo podremos ver una bella panorámica de S’Estanyol con sus chalets en primera línea, la marina y el puerto hasta las distantes playas de la Colònia de Sant Jordi, que se abre a nuestra izquierda. A la derecha, la costa virgen y rocosa de Llucmajor se extiende hacia los lejanos acantilados de Cala Pi, el destino de hoy. Desde el faro, seguiremos el sendero por zona rocosa, donde los arbustos y los pinos retorcidos se inclinan hacia tierra firme, esculpidos por los constantes vientos marinos. Ya se puede ver la Torre de defensa de S ́Estalella a mitad de camino hacia Cala Pi. La ruta sigue, a lo largo de esta hermosa costa y rodeando pequeñas calas y formaciones rocosas, lejos de todo vestigio de la civilización moderna. Con la brisa marina acariciando nuestras mejillas, ¡una sensación de libertad y bienestar nos invade al ver la belleza de la naturaleza en su estado puro! Si es verano, podremos refrescarnos con un baño en cualquiera de estas calitas; si es invierno, resultará espectacular contemplar las grandes olas rompiendo furiosas sobre las rocas y salpicando todo con un fino rocío salado! A los 25 min, después de pasar una casita escondida atrás entre las malezas, pasaremos por un hueco en una pared de piedra, llegando poco después a la Torre de Defensa de S ́Estalella (30 min) sobre una elevación rocosa. Esta torre de defensa fue construida en 1577 por el maestro de obras Simó Carrió, y está situada sobre una plataforma rocosa llamada “Serral des Corral”, a 6 metros sobre el nivel del mar. Este bastión, construido con piedra de cantera, tenía originalmente una cámara principal rodeada por masonería y una terraza. Había también un parapeto con cañoneras, que posteriormente se cerraron, y el parapeto fue modificado para dejar una pequeña plataforma a modo de protección para los tiradores. La torre es cilíndrica en su parte superior y cónica en su parte inferior. Mide 9,2 metros de altura, con un diámetro de 7,64 en su base, y 6,65 en su terraza. Esta torre fue restaurada por el Ayuntamiento de Llucmajor en el año 1984. Dejando la torre, continuaremos por el sendero bien marcado para seguir la ruta por la costa, ascendiendo gradualmente a un nivel más alto sobre el mar. Es un sitio espectacular. Los acantilados son cada vez más abruptos, llenos de cuevas y formaciones extrañas debido a la constante acción de las olas rompiendo incansablemente sobre la costa. En verano los tonos turquesas y azules contrastan con la roca arenisca, creando un verdadero abanico de colores marinos. Pasaremos por otra pared de piedra a los 50 min, mientras gradualmente cogemos un poco más de altura. Poco después el camino nos conduce a una verja cerrada con candado en una pared alta de piedra (1 h), aquí empieza la zona residencial de Vallgornera, cuyas casas disfrutan de una posición muy privilegiada con buenas vistas desde estos acantilados. Hay algunos sencillos peldaños de roca en la pared a la izquierda de la verja por si alguien desea continuar, aunque todavía queda un buen trecho para llegar a Cala Pi. ¡Mejor visitarla en nuestra próxima excursión! El regreso es por el mismo camino, con nuevas perspectivas ya que las vistas siempre son diferentes en el retorno, llegando de nuevo a S ́Estanyol después de 2 h de excursión.
Cala Pi – Cap Blanc – Cala Pi Duración 4 h 10,9 km Fácil Otra excelente excursión a pie en la costa de Llucmajor que a su vez nos permite disfrutar de la flora y fauna del lugar. Gaviotas, cormoranes, tordos, lagartijas, quizá garzas y otras aves migratorias, el martín pescador… todos pueden ser avistados en la zona. Así también como muchas variedades de plantas como el romero, tomillo silvestre, acebuches, brezo, globularia, y algún que otro tamarindo. La excursión empieza bajando una larga escalera que conduce hasta la playa de Cala Pi. Debemos cruzar la playa (después de una tormenta puede que tengamos que cruzar sobre maderas, pues esta estrecha cala también es susceptible a perder parte de su playa cuando hay mala mar) y pasaremos por delante de las casas de los pescadores hasta la última casita, donde giraremos a la derecha para subir a su tejado. Aquí encontraremos unos sencillos escalones que ascienden el acantilado. Una vez arriba, conviene dejar marcado el lugar, ya que este punto suele ser difícil de reconocer a la vuelta. Continuaremos ahora a la izquierda para seguir el sendero que bordea el acantilado. Nuestro camino pronto desciende y asciende un pequeño barranco antes de atravesar una vieja pared de piedra. Pasada la pared, es un buen momento para girar y mirar hacia atrás para ver la belleza de Cala Pi, a pesar de que su original encanto haya sido en parte mermado en los últimos años por la construcción. Seguiremos, entre arbustos perfumados, y a medida que vayamos avanzando, se abrirán inmejorables vistas sobre la torre de defensa de Cala Pi, situada cerca del mar al otro lado de la cala. Debido a que Cala Pi es estrecha y situada entre acantilados, lo cual hacia que el desembarco fuera complicado y difícil, ésta fue la última torre en construirse en la costa de Llucmajor. Las obras de edificación de la torre actual concluyeron en el año 1663 y Joan Pons fue el maestro de obras. La torre está situada a 19,5 metros sobre el nivel del mar, y se levanta sobre una base tronco-cónica de 9,95 metros. La parte superior tiene un diámetro de 8 metros en su terraza. La altura es de 10,20 metros. Está construida con piedras ligadas con argamasa y se accedía al portal con una escalera de cuerda. El portal es de medio punto hecho con piedra arenisca, poco frecuente en la construcción de torres de defensa. A día de hoy se encuentra desprovista del matacán del portal y del porche de la terraza. Hacia el año 1970, la torre fue restaurada por sus propietarios en base del proyecto del arquitecto Antoni Alomar. Seguiremos hacia la izquierda y a los 20 min justo antes de un grupo de pinos, para encontrar un ancho camino que bordea Cala Beltran. Varios senderos se entrelazan alrededor de esta hermosa cala, cuyas aguas cristalinas nos invitan a refrescarnos con un baño – no así cuando el mar está agitado, cuando en absoluto es recomendable nadar en esta cala, ya que la fuerza de las olas entre las estrechas paredes rocosas es tremenda. Rodeando la cala por el camino llegaremos al otro lado, a la Punta Capocorp (30 min) con magníficas vistas sobre la costa. Continuaremos ahora por encima de los acantilados, acariciados por la brisa marina, y viendo como los cormoranes zambullen en busca de peces. Mientras tanto, la Isla de Cabrera a nuestra izquierda nos parece un lugar mágico flotando sobre un mar de azul intenso. La ruta, ahora sin camino marcado, sigue entre las rocas y algún que otro charco salado. Se trata de caminar sobre los distintos niveles rocosos, donde veremos unas increíbles formaciones rocosas con diversas tonalidades esculpidas por el mar y el viento. Al llegar al punto donde dos solitarios tamarindos sombrean unos charcos de agua, es hora de subir a otro nivel para poder continuar. Pronto aparecerá el sendero que rodea Cala Carril, y que sigue sobre los altos acantilados. Luego atravesaremos otra pared de piedra. No tardaremos en llegar al cercado que encierra la zona del Cap Blanc, antaño una zona militar, donde veremos un cartel con el siguiente texto “Zona Militar. Stop”. Continuaremos recto hacia la torre a la cual llegaremos en pocos minutos. La Torre de Defensa de Cap Blanc (Cabo Blanco) está en una situación estratégica inmejorable ya que domina toda la costa sur de la isla así como el archipiélago de Cabrera. Fue construida por Antoni Genovard, picapedrero de Sineu, en 1579. Como todas las torres de este tipo, su base se levanta sin cimientos sobre una gruesa y maciza base cónica, a partir de ella hacia arriba tiene forma cilíndrica. Tiene 10 metros de altura y 4,3 metros de anchura en su parte más alta. Al portal se accedía por una escalera de cuerda, ahora de hierro. En el interior había un armario y un hogar. La terraza de la torre era circular, y en tiempos anteriores estaba cubierta por un porche. Fue restaurada hace unos 50 años. Unos metros más adelante veremos el Faro de Cap Blanc (zona restringida) sobre lo alto del acantilado El nombre de faro tiene su origen en la isla egipcia de “Pharos” en el mediterráneo, cerca de Alejandría. Los egipcios construyeron una gran torre con fuego en su parte más alta, la cual guiaba a los barcos para llegar al puerto de Alejandría, ya que era visible desde gran distancia. Hoy en día a estas torres situadas cerca del mar y cuya finalidad es la misma (ayudar y guiar a los navegantes) se les llama faros. Los faros de Mallorca, a excepción del faro de Porto Pi, fueron construidos durante el reinado de Isabel II, es decir durante la segunda mitad del siglo XIX. Esto fue debido al gran interés de su gobierno por la navegación marítima y a la existencia de medios técnicos que propiciaron su eficacia. Los mecanismos del aparato rotatorio ya eran conocidos desde hacía más de un siglo, pero no ocurría lo mismo con el sistema óptico. El combustible era el aceite y se requería que la fuente de luz tuviera bastante intensidad. Fue gracias a Agustin Fresnel (1788-1827), físico francés, quien consiguió un sistema mediante lentes y espejos, que emitía una luz intensa y constante. Las maquinarias de los faros mallorquines fueron encargadas a ópticos franceses. El faro de Cap Blanc fue construido en el año 1863, tiene un alcance de 15 millas náuticas (28 km) y tiene 12 metros de altura. Desde la torre de defensa, regresaremos a Cala Pi por el mismo camino, disfrutando de las diferentes vistas en el retorno, entre las cuales destaca la enorme cueva llamado ‘Cova dels Ossos’ (Cueva de los Huesos), y muchas otras más pequeñas – pero, ¡tengamos cuidado al acercarnos al borde de estos abruptos escarpados! Estaremos de vuelta en Cala Pi después de 4 h de excursión. NOTA: La zona en la que nos encontramos era conocida como una de las más activas de Mallorca en la práctica del contrabando. El origen del material eran los puertos de Marsella, Génova y el litoral del Magreb. El tabaco era el artículo de contrabando por excelencia. El contrabando contaba con una estructura muy sólida desde la nobleza, que lo financiaba, pasando por los patrones que transportaban la mercancía, llegando a los payeses que lo ocultaban en escondrijos y lo distribuían. Los contrabandistas eran encubiertos por la población, y esta práctica les proporcionaba trabajo bien remunerado y productos a buen precio. Hasta 1939 el cuerpo de carabineros era el encargado de perseguir a los contrabandistas, siendo frecuente el soborno para que la mercancía fuera desembarcada y distribuida. En los años posteriores, se incrementó el contrabando de alimentos como el azúcar, harina, café y otros alimentos necesarios para la población de la posguerra.
* Empezamos nuestro itinerario en la Calle Sant Francesc, donde llegaremos al antiguo convento de los Mínimos, actual sede del Ayuntamiento de Sineu. * Continuaremos por la Calle del Vent para encontrarnos con "La creu dels morts" (cruz de los muertos), antiguamente conocida como "La creu d'en Rapó" * Si subimos por la Calle Major podremos visitar el Museo parroquial de Santa María de Sineu (monumento más relevante del patrimonio arquitectónico de Sineu) * Seguimos nuestro itinerario hacia el Palau dels Reis de Mallorca (símbolo del antiguo esplendor de este municipio) * En la calle Rev. Arnau Ramis encontramos el Convento de las Hermanas de la Caridad (edificio gótico inaugurado en 1892) * A continuación giramos hacia la Calle de l'hospital donde llegaremos al antiguo Hospital de Sineu (fundado hacia el año 1240). * Nuestro paseo terminará en la Plaza Es Fossar (lugar donde antiguamente se enterraba a los difuntos)
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