En agosto de 1902 las murallas de Palma de Mallorca comenzaron a derribarse. Meses antes, el ayuntamiento de la ciudad había convocado un concurso municipal para escoger un proyecto de remodelación urbana, el ganador del concurso fue el ingeniero Bernardo Calvet con su proyecto Felix qui potuit rerum cognoscere causas. Calvet concibió un ensanche con forma de corona circular en torno al casco antiguo, siguiendo los principios del plano radioconcéntrico. El proyecto contaba con tres principales paseos: uno al sur, en los terrenos ganados al mar; otro sobre el torrente de San Magín y el tercero, las actuales avenidas. Originariamente las Avenidas eran un paseo público, dividido en diferentes sectores por las calles que lo seccionaban (Manacor, Aragón, 31 de diciembre y General Riera). Cada acera medía cuatro metros de ancho y contaba con otro metro adicional a los lados para los árboles, se destinaron nueve metros para cada sentido del tráfico y en el centro se situó un paseo de diez metros de ancho. En los años 70 el aumento del parque móvil y de la población de la ciudad hicieron que se decidiese desmantelar el paseo central, aumentando los carriles de circulación de dos a cuatro por sentido. Tan solo se mantuvo en la Avenida de Gabriel Alomar, donde funciona como aparcamiento; los sábados por la mañana se realiza allí un mercadillo de ocasión, popularmente conocido como Es baratillo. Está previsto que en un futuro cuatro de los carriles sean de uso exclusivo para el tranvía, los autobuses y el carril-bici.
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