Cas Marquès fue propiedad de una de las familias nobles más importantes de Mallorca, los marqueses de Bellpuig, los cuales tenían un gran número de propiedades tanto en Artá como en el resto de la isla. La casa, de origen medieval, ha sido profundamente reformada y ampliada a lo largo de los siglos. Presenta dos alturas y ocupa toda una manzana de casas, cosa que permite que disponga de dos fachadas. En la fachada que da a la calle Rafel Blanes vemos el portal principal de medio punto, sobre el cual está el escudo de armas del marquesado de Bellpuig y la cruz de Santiago. A destacar las balconadas y el alerón del tejado sostenidos por grandes ménsulas. La otra fachada, que mira a la plaza del Trespolet, presenta un portal secundario y otro actualmente tapiado que daba acceso al jardín. Dentro de este gran jardín, cerrado por un gran muro, se pueden observar diversas aberturas que permitían el acceso a los jinetes y carros. A raíz de las constantes luchas nobiliarias a lo largo del siglo XVII se fueron reforzando estos muros, dando, de esta manera, su aspecto fortificado.
Can Rafel Blanes corresponde a una casa señorial de estil neoclasicista del año 1897. La simetría y el color blanco y amarillo su fachada la hacen destacar en su entorno. El edificio se estructura en tres alturas, además de levantarse sobre el tejado un cuarto cuerpo a modo de mirador. El elemento arquitectónico más destacable corresponde a la antesala del portal de acceso, que está sustentada por columnas de inspiración jónica, repitiéndose el mismo esquema en la ventana central de la planta noble. El juego de colores de la fachada, las molduras, las ventanas adinteladas y circulares nos muestran un lenguaje arquitectónico muy rico.
Ca n’Epifani, situado en la calle del Pou Nou, es el edificio modernista más emblemático e imponente del municipio de Artá. Es un casal modernista construido en 1880, bajo el patrocinio del Sr. Epifani Fàbregues. Según cuenta la tradición oral, Antoni Gaudí diseñó la fachada del edificio a raíz de la fuerte relación de amistad con el propietario. Del edificio podemos destacar la singularidad de la su fachada principal, que presenta una forma ondulada, con entradas y salidas. En frente de ésta encontramos un jardín. Todas las oberturas de la fachada son de medio punto, salvo el portal de acceso adintelado. Los muros, guarnecidos, se hallan decorados por unas bandas horizontales de color amarillento, el mismo que hay en todas las oberturas, decoradas con fajas de la misma tonalidad. El edificio se estructura en dos plantas y un terrado. Actualmente se ha convertido en un hotel de lujo, conservando tanto en la fachada como en el interior la esencia modernista del edificio.
La Posada dels Olors, del siglo XVII, fue la residencia de una de les familias más poderosas de Artá: los Font dels Olors. La acumulación de poder y prestigio de esta familia a lo largo del siglo XIX provocó una importante remodelación del edificio como señal de ostentación, dotándolo así de su aspecto actual. El edificio se articula mediante dos cascos de tres alturas, dispuestos perpendicularmente, de manera que conforma un patio interior, actualmente transformado en jardín. En la fachada podemos observar el escudo de la familia y el portal de acceso, de donde nace un camino que no lleva hasta el jardín. En la parte posterior del edificio hay otro patio ajardinado, con unas antiguas cisternas. El uso actual del edificio es de residencia municipal para persones mayores.
Son Morei Vell se encuentra en la carretera de Artà a la Ermita de Betlem, a unos 5 kilómetros del núcleo urbano. La mencionada posesión toma el nombre de sus propietarios en el siglo XVI. Anteriormente la Alquería Vella (vieja), el Verger y los rafales de Binialgorfa formavan parte de Son Morei, actualmente tan solo 80 hectáreas conforman la extensión de la posesión. Las casas y las instalaciones agropecuarias se distribuyen en torno a un patio interior. La zona de vivienda se divide en dos: las casas de los señores y la de los amos, compartiendo las dos la fachada. Esta presenta dos accesos a los nombrados habitáculos: una mediante un portal adintelado y enmarcado por unas fajas blancas, y un segundo portal de medio punto también enmarcado por fajas y coronado por un escudo heráldico. Pero de todo el conjunto de la edificación, la que más podemos destacar es la torre de defensa y la capilla. La torre de defensa, del siglo XV, es cuadrangular y se encuentra adosada a las casas. Presenta dos plantas y una terraza, y actualmente se accede a ella des del interior de las casas. Destaca en su terraza el parapeto exterior con almenas piramidales y los restos de un matacán. En cambio, la capilla, de mayor modernidad, se encuentra separada del resto de construcciones. De planta rectangular, queda muy poco de las dos vueltas de arista que formaban la cubierta, ya que fue reutilizada como tafona, de la cual, aun se puede observar restos de su maquinaria. Sobre el portal de acceso se conserva un escudo heráldico, un pequeño rosetón y la espadaña de frontón triangular.
Los viveros de la Colònia de Sant Pere, situados en los afloramientos rocosos al lado de la playa, fueron construidos hacia el siglo XX. Servían para mantener el pescado vivo tanto para su posterior venta como para su uso como cebo. Por este motivo están parcialmente en el mar y construidos con materiales de la zona y marés. Se encuentran a unos 100 metros el uno del otro. Presentan una planta circular de piedras con mortero i una cubierta de bóveda, de forma circular, cubierta por cemento. La puerta está hecha con losas de marés y en el interior se puede observar un receptáculo cuadrangular donde se guardaba el pescado.
El casal de Artà es una casa señorial construida durante el siglo XIX, habiendo sido muy reformada hacia finales del siglo XX, situada en la calle del Pou Nou, en pleno centre histórico de la población. Recientemente fue nuevamente reformada para transformarse en hotel interior. Formalmente se trata de un edificio de tres plantas, con un portal de acceso que se encuentra flanqueado por dos ventanas balconeras. En el primer y segundo piso hay tres ventanas balconeras, todas ellas con barandillas de hierro forjado. Todas las oberturas de la fachada presenten fajas y dos líneas de impostas de color gris. El paramento de la construcción presenta un zócalo forrado de piedra viva.
El dolmen de s’Aigua Dolça se sitúa en la zona de Es Canons, entre la Colònia de Sant Pere y la urbanización de Betlem. Se trata de una construcción funeraria denominada dolmen, que fue construida en torno al 2000 aC como necrópolis colectiva, perdurando su uso hasta ser abandonado cerca del 1650 aC. Mediante un pasillo estrecho se accedía a una cámara central de tendencia rectangular, donde se depositaban los restos humanos de la comunidad, acompañados de un ajuar compuesto por piezas cerámicas, utensilios de hueso, como botones de perforación en “V” o punzones, y elementos de cobre o bronce, como cuchillos o puñales. El pasillo y la cámara estaban rodeados por un círculo de losas de marés clavadas verticalmente. Este conjunto estaba cubierto por un túmulo de piedra y tierra. El aspecto original era de un gran promontorio con un pequeño acceso a la cámara funeraria, recordando a una cueva. Actualmente tan solo se puede intuir el perímetro del túmulo y la base del pasillo y de la cámara funeraria. El yacimiento fue excavado por la Universidad de las Islas Baleares.
Sant Salvador corresponde al lugar más emblemático de Artá. Situado sobre un pequeño cerro que domina todo el entorno de la villa. Los elementos más destacables del conjunto son el recinto amurallado, el santuario y las dependencias de Es Donat. Su ubicación ha implicado que fuese un lugar estratégico a lo largo de diferentes épocas históricas. Las primeras noticias que se tienen del lugar son de la ocupación musulmana de la isla, situándose en la cima una fortificación, conocida como Almudaina, que disponía de una mezquita. Con la conquista catalana de la isla, el rey Jaime I, se apropió de este emplazamiento, convirtiendo la mezquita en un temple cristiano. El recinto de la muralla describe una elipse, destacando la torre mayor, dedicada a San Miguel. En el siglo XVI fue reconstruida como lugar de refugio de los lugareños de los ataques corsarios; y en 1967, todo el recinto fue restaurado a instancia de la Sociedad de Amigos de los Castillos, levantando de nueva planta una torre, y colocando almenas en todo el perímetro. El santuario actual es una edificación que se inició en 1825 y fue bendecida en 1832, aunque las dos torres que la flanquean no fueron acabadas hasta finales del siglo. Formalmente se trata de una iglesia de estilo renacentista, de cruz latina, sin ábside y cubierta de bóveda de cañón. En la cúpula, decorada por Salvador Torres en 1892, se representa la Gloria. En el interior se conserva la talla románica de la Virgen Sant Salvador, originaria del monasterio de Bellpuig, patrona de Artá desde 1922. La primitiva iglesia del siglo XIII, fue quemada al ser utilizada como hospital durante la peste de 1820. Además, hay que destacar la vivienda del Donat, edificación de entorno al siglo XVI, destinada a vivienda de la persona encargada del mantenimiento del recinto de la Almudaina y del santuario. Su aspecto actual se debe a la reconstrucción que sufrió en 1971. El edificio se estructura en dos alturas. Este se encuentra flanqueado por dos ventanas adinteladas y cerradas por un enrejado de hierro. Pero el elemento más significativo de este edificio se encuentra situado en la primera altura de la fachada, se trata de una ventana renacentista enmarcada por dos semi-columnas adosadas que sostienen un arquitrabe ornamentado con motivos vegetales geométricos. Gracias a la restauración realizada, este edificio se puede observar en su máximo esplendor.
Alaró fue el primer municipio de Mallorca que dispuso de una red urbana de distribución eléctrica, incluso antes que Palma. La iniciativa surgió de dos vecinos de Alaró, los hermanos Gaspar y Josep Perelló Pol, que tenían un negocio de jabón y aceite. Gaspar, que había viajado por negocios a Barcelona, quedó deslumbrado por las posibilidades de la electrificación de la gran ciudad y quiso que Alaró tuviera lo que él había visto en la capital catana. Su sueño se hizo realidad a partir de su propio capital y del apoyo de un grupo de vecinos convencidos de las ventajas de la electricidad. Los hermanos Perelló vencieron las reticencias de una buena parte de los habitantes del pueblo, trajeron técnicos de Cataluña y construyeron una central eléctrica y una red de distribución inaugurada el 15 de agosto de 1901, coincidiendo con las fiestas locales. De la central original todavía se conserva una torre, restaurada en 2001 para la celebración del centenario de su inauguración.
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