Los viveros de la Colònia de Sant Pere, situados en los afloramientos rocosos al lado de la playa, fueron construidos hacia el siglo XX. Servían para mantener el pescado vivo tanto para su posterior venta como para su uso como cebo. Por este motivo están parcialmente en el mar y construidos con materiales de la zona y marés. Se encuentran a unos 100 metros el uno del otro. Presentan una planta circular de piedras con mortero i una cubierta de bóveda, de forma circular, cubierta por cemento. La puerta está hecha con losas de marés y en el interior se puede observar un receptáculo cuadrangular donde se guardaba el pescado.
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