Montuïri, tierra de molinos, vinculada históricamente a la producción cerealista y harinera, presenta una importante combinación de cultura, patrimonio y tradición. Este hecho lo convierte en un lugar de visita obligada para todo aquel que quiera conocer la vertiente más tradicional de esta isla rodeado de un entorno natural rural de singular belleza. Pese a la lógica evolución social de los últimos años, Montuïri continua siendo un pueblo con una fuerte presencia agrícola, un hecho que ha permitido mantener el paisaje de su entorno, que desde hace siglos ha estado marcado por las ricas tierras de cultivo. Estos cultivos son en su mayor parte de secano, destacando los cereales y la viña, pero también podemos encontrar de regadío, que se apoyan en sencillos sistemas hidráulicos.
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