Antiguo hospital y oratorio en el centro del municipio de Campos, situado al sur de la Isla de Mallorca.
La Iglesia de Sant Julià es una iglesia neoclásica de grandes proporciones del municipio mallorquín de Campos. Fue construida durante el siglo XIX sobre los restos de otro templo del que conserva el campanario del siglo XVI y la capilla del Roser del XVIII. En su interior está el museo parroquial. El promotor de la construcción de la iglesia actual fue Nadal Cabrer, párroco de la parroquia en aquella época, de la edificación original sólo se conservan la capilla de Santa Llúcia y los Santos Médicos y el campanario, construido entre 1584 y 1597. Al campanario le hicieron reformas en los años 1610, 1693 y 1778 debido a derrumbes parciales. Es una iglesia aislada de planta longitudinal con ábside semicircular, la sacristía está a la izquierda del altar, hay siete capillas a cada lado que están entre pilastras de orden jónico en el piso superior hay ventanales. La cubierta de bóveda cañón está decorada con estrellas enmarcadas en casetones. La fachada principal está en la calle parroquia, a un lado está la Calle Mayor y en el otro, la Calle Obispo Talladas.
El oratorio de Sant Blai es una de las primeras iglesias de Mallorca, ya que se construyó después de la conquista conservando un estilo gótico primitivo de pequeñas dimensiones. El oratorio tiene un jardín, antes cementerio. El 3 de febrero, el día de San Blas, la gente de Campos acude al oratorio para pasar el día , como cada año, en el oratorio de Sant Blai para venerar al santo, ponerse el aceite curativo en el cuello y bendecir los panecillos de Sant Blai o los caramelos que, según la tradición, curan y previenen los dolores de garganta.
A su paso por la carretera antigua de Palma - Inca nos encontramos con la iglesia de Consell justo al lado del propio ayuntamiento de este municipio. * En esta iglesia se celebran una misa semanal.
Estos dos edificios se encuentran en la plaça del Convent, en el centro de Manacor. La Iglesia se comenzó a construir en el año 1597 y se abrió al culto en 1617. Ésta es la típica iglesia conventual mallorquina de nave única y capillas entre los contrafuertes, con persistencia de esquemas compositivos góticos y sentido de moderación y austeridad, si exceptuamos la capilla del Roser. El frontis presentaba originalmente el portal dintelado bajo un arco de medio punto, con la figura del titular, San Vicente Ferrer. A la izquierda del frontis hay un pequeño campanario con acabado piramidal. En el interior predomina también la austeridad, aunque hay cierto aire barroco por la aplicación de los dorados a los motivos ornamentales. De entre todas las capillas destaca la del Roser, que está situada a la derecha de la nave. En esta capilla, que puede actuar como pequeño templo con sus propios retablos, capillas y altar en el interior del templo mayor, es donde podemos observar la más exuberante muestra de barroco religioso de Manacor, con todo el espacio arquitectónico ricamente esculpido. Otro elemento muy destacado es el órgano tubular, construido probablemente hacia finales del siglo XVII o principios del XVIII. La construcción del claustro se inició a mediados del siglo XVII y continuó hasta una fecha indeterminada del siglo XVIII, probablemente hasta 1744. La estructura sigue una planta rectangular rodeada de un patio central y consta de planta baja y piso. El conjunto sigue el esquema barroco, en el que destacan las columnas y pilastras decoradas. El claustro forma parte del recinto conventual y constituye un edificio que originalmente estaba cerrado al público y utilizado únicamente por los frailes del convento. Durante la desamortización de 1835 los bienes de la orden pasaron a manos del Estado y el claustro fue asumiendo diferentes utilidades: oficina de telégrafos, prisión...Actualmente se usa como dependencias municipales. En el año 1919 fue declarado Monumento Nacional. Durante los años 2005-2006 se hizo una restauración integral del claustro
El monasterio de Bellpuig está situado en las proximidades del camí Vell de Ciutat. La fundación del priorato de Santa María de Bellpuig data de la conquista catalana, una vez que Jaime I conquista la última resistencia musulmana de las montañas de Artá. El rey cedió estos terrenos a la comunidad de monjes premonstratenses de la abadía de Bellpuig de les Avellanes de Cataluña. La fundación del monasterio por esta comunidad significó el repoblamiento de la zona, aprovechando construcciones prehistóricas, romanas y musulmanas para las nuevas construcciones. El monasterio de Bellpuig se articula en torno a un patio cuadrado, a modo de claustro, situándose en los laterales las dependencias monacales, almacenes i la iglesia. De todas, la iglesia es la construcción arquitectónica mejor conservada, ya que el resto se encuentra en ruina total. Se trata de una iglesia de repoblamiento, de estilo gótico y de nave única, con cubierta a dos aguas. La decoración interna es muy austera, pudiéndose ver tan solo los capiteles de las pilastras decorados con motivos geométricos y la pequeña ventana del ábside. El portal principal, de medio punto, presenta una decoración geométrica. La escultura de la Virgen fue trasladada al pueblo en 1425 a causa de la partida de los monjes, pasando el monasterio a ser propiedad de la familia Vivot i posteriormente, en 1637, a los Dameto. Esto, provocó que el monasterio se transformase en una casa de payés, modificando y readaptando su arquitectura. En 1999 pasó a ser propiedad del Consell Insular de Mallorca. En los últimos años, tanto el monasterio como su entorno, han sufrido varias excavaciones arqueológicas sacando a la luz restos de época prehistórica, romana, musulmana y de la misma comunidad monacal.
Pequeña iglesia parroquial situada en la Colònia de Sant Pere. La fundación de este núcleo, en 1880, es fruto de la iniciativa de los hermanos Homar para crear una colonia agrícola en la zona. Las primeras familias que poblaron la Colònia construyeron un pequeño oratorio dedicado a San Pedro. El importante crecimiento poblacional que experimentó el núcleo va provocó la necesidad de un espacio de mayores dimensiones para la realización de los oficios religiosos, y por este motivo, en 1951 se sustituyó el antiguo oratorio por la parroquia actual. Se trata de una iglesia de nave única con un campanario adosado. La fachada principal, que sobrepasa las dimensiones de la nave, presenta un portal con dintel de mármol, decorado en sus costados con pilastras de estilo jónico. A nivel ornamental podemos destacar la pintura en fresco del altar mayor, que representa a San Pedro y la Colònia de fondo.
La ermita de la Santíssima Trinitat (Santísima Trinidad) se encuentra en la carretera que va de Valldemossa a Deià a mano derecha, poco después de la gasolinera, frente al restaurante Can Costa, sale un camino que nos conducirá hasta la ermita en poco más de 10 minutos, tras haber recorrido un kilómetro. Se recomienda llegar a pie, aunque se puede subir en coche. Fue fundada en 1648 sobre las ruinas de una ermita primitiva dentro del bosque de la Trinitat, de la cual quedan algunos restos. Al entrar en el recinto nos encontramos con una entrada cubierta, que da acceso al patio donde hay un pequeño oratorio dedicado a la Inmaculada Concepción. A su izquierda, está la portería con las dependencias privadas de los ermitaños. A poniente del recinto, un mirador ofrece una extraordinaria vista de la costa.
La iglesia parroquial de San Juan Bautista es una construcción de una sola nave y bóveda de cañón. Fechada en el siglo XIV, tuvo que ser reconstruida en el siglo XVIII a causa de un incendio. Está flanqueada por una torre de defensa que funciona como campanario desde el siglo XVI. Destaca el paisaje y la arquitectura popular que se encuentra en el camino de subida hacia la iglesia, situada en la parte alta de la montaña de Deià. El interior es sencillo, con una nave central con bóveda de cañón y cuatro capillas a los lados separadas por pilares de estilo jónico. Destaca la de la Sangre, con un Cristo de 1625 y una Virgen de Lluc. En la capilla de San Sebastiá se conserva una talla gótica de san Onofre rescatada del incendio. El retablo del altar mayor, de estilo renacentista, es de Josep Sastre (1777). Es de interés el camino de subida a la iglesia por su paisaje espléndido , jalonado por un viacrucis de baldosas, y un conjunto de construcciones prototópicas de la arquitectura popular de la montaña.
Pequeña capilla de finales de siglo XVIII dedicada a la Mare de Deu d’Agost. Se puede llegar por dos caminos, el principal y más reciente, es el que encontramos enseguida que llegamos al llogaret y es donde está la parada del bus. Pero si seguimos por la carretera, un poco más arriba a mano izquierda está el camino viejo, precioso y empedrado. Allí es donde hay espacio para aparcar al menos unos 4 ó 5 coches ya que el parking de dentro está reservados sólo para residentes de Deià. Aparcar es la parte más complicada de esta visita. Los dos caminos acaban en la calle principal donde en unos pocos segundos ya vemos el oratorio.
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