Del antiguo templo parroquial del siglo XIV -probablemente una construcción de una sola nave con bóveda de crucería- sólo se conservan dosclaves de bóveda. A mediados de siglo XV se derrocó aquella construcción para levantar una segunda iglesia de la que nos han llegado el portal mayor -de líneas muy austeras- y el portal lateral, dónde aparecen las armas de la familia Pacs, feligreses importantes y mecenas de la construcción. Actualmente, el interior corresponde a un edificio barroco. Del patrimonio artístico de las edificaciones medievales se conserva la pintura sobre tabla del patrón San Nicolás -que preside el retablo mayor barroco-, y otra pintura con representación de un santo eremita no identificado. Una y otra corresponden a obras de finales del siglo XV. No muy lejos de la iglesia parroquial existió la capilla de Sant Nicolauet viejo, en la actual Plaça del Rosari, que fue derruida el año 1836. Cuando se creó la circunscripción parroquial servió de templo a los feligreses hasta que se terminaron las obras del nuevo edificio, del siglo XIV en el solar actual. Adosada al paramento exterior del ábside de la iglesia se encuentra la piedra dónde -según la tradición- se sentó Santa Catalina Tomàs cuando esperaba ser admitida en el Convento de Santa Magdalena
La construcción del edificio actual se inició en 1626 y finalizó en 1785. Desde la Plaza de la Vila, aquí en Alaró, podemos ver la fachada principal del templo, plana y escasamente ornamentada, según los patrones más habituales de la arquitectura religiosa mallorquina del siglo XVII. El interior del templo, es de una sola nave, con capillas laterales entre los contrafuertes y cubierta con bóveda de crucería. Algunos tesoros para disfrutar en el interior, es el retablo de las Ánimas del Purgatorio (situado en la tercera capilla a la derecha), y por supuesto el retablo mayor. El órgano original fue realizado a mediados del siglo XVIII por Pere Joan Bosch, pero debido a su deterioro tuvo que ser sustituido por uno más reciente fabricado por Grensik. Todos los sábados, a las 11:30h, se puede disfrutar de un bello concierto de órgano gratuito interpretado en este entorno tan apasionante.
En lugar de Castellitx se levantó una de las llamadas iglesias de repoblación, los primeros templos cristianos que se construyeron en la campiña mallorquina después de la conquista catalana. En la bula del papa Inocencio IV de 14 de abril de 1248 menciona bajo la advocación de San Pedro y San Pablo. Parece que esta pequeña iglesia actuaba como parroquia de la población esparcida de aquella zona del antiguo distrito de Muntuy, como lo corroboran los múltiples caminos que llevaban. Hasta comienzos del siglo XV no se trasladó la parroquia en la villa de Algaida. También hasta el siglo XV el nombre de Castellitx identificó el actual término municipal de Algaida.
Esta cruz es conocida con el nombre de cruz de S’Abeurador (abrevadero) debido a la existencia de un pozo público, de capillita y abrevadero, a sus pies y que configuran un conjunto singular y documentado desde el siglo XVI. La cruz cuenta con un capitel de estilo barroco y una cruz superior de estilo neogótico que presenta a la Virgen María en el lado sur y a Jesús crucificado en el lado norte.
La iglesia parroquial es uno de los edificios más representativos de Andratx, fundada en 1248, poco después de la conquista de 1229 como consta en la bula del Papa Inocencio IV. El antiguo edificio destinado a iglesia debía ser de la tipología de las pequeñas iglesias de repoblación que se hacían en Mallorca durante el s. XIII.
Del exterior de la iglesia, que fue erigida parroquia a mediados del siglo XIX, son remarcables la torre con ventanas ojivales y la rectoría. De su interior, destacan el Santo Cristo que preside el altar mayor y la imagen de la Virgen María que procedente del antiguo monasterio de la Trapa se encuentra en una de las capillas laterales.
.Si hay un edificio en Bunyola que puede plantarle cara a la cercana sierra de Alfabia ese es la iglesia de Sant Mateu. La monumental fachada de este templo barroco impresiona por fuerza entre las bajas casa de alrededor. Su gran rosetón mira como un ojo el devenir del pueblo, el reloj sobre él le señala los tiempos, y su torre campanario marca desde lo alto el techo de Bunyola. No hay duda de que su elegante silueta es la seña de identidad del pueblo cuando se contempla desde la distancia, y es normal que así sea, porque en su interior se custodia también otra maravilla el arte religioso: la Mare de Deu de la Neu, la Virgen de las Nieves. Se trata de una imagen en mármol de 700 kilos de peso y de casi metro y medio de altura, que representa a la virgen con el niño en brazos. Se cree que su regia estampa fue tallada en el siglo XV y Bunyola la guarda en el lugar que merece: en el centro del altar mayor de su iglesia parroquial.
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