El camino que hemos recorrido es conocido con el nombre de "Dalt Murada", y desde aquí podemos observar los que eran los límites de la ciudad romana que se extendía desde el palacio de la Almudaina hasta el extremo oriental del palacio Episcopal. En la fachada sur de este palacio, mirando hacia al mar, se ve un paseadero con garitas de estilo modernista que se atribuye al famoso arquitecto catalán Antoni Gaudí, al igual que las rejas de hierro de unas ventanas. El muro que vemos al pie de la catedral es la antigua muralla de origen romano, muy transformada durante la edad media y totalmente reconstruida al paso de los siglos. De hecho, todo el frente marítimo de la ciudad fortificada fue rehecho en el siglo XVIII con la muralla nueva sobre la que ahora estamos, construida sobre terrenos ganados al mar. De esta construcción podemos destacar las garitas que tienen formas barrocas. El espacio conocido como ses Voltes, es un antiguo cuartel acabado en 1802 y rehabilitado por los arquitectos Elies Torres y José A. Martínez Lapeña entre 1983 y 1991, para usos lúdicos y culturales.
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