Una de las excursiones más gratificantes que puede hacerse desde Alcúdia es la subida a la ermita, en vehículo o a pie, a la atalaya de la Victòria, a unos 445 metros sobre el nivel del mar. La ermita, de estilo barroco, fue construida en el siglo XIV y reformada hacia el XVIII. Desde allí se obtiene una vista privilegiada de las dos bahías, la de Pollença y la de Alcúdia, el cabo de Formentor y, los días claros, la isla de Menorca. Sobre la montaña de la Talaia, a casi 450 metros de altura, están los restos de la torre de Alcúdia. Es una torre de defensa de planta circular construida en el siglo XVI. Formaba parte del sistema de torres de alerta del litoral mallorquín, para avisar a las autoridades y a la población de la llegada por mar de algún peligro, como por ejemplo los piratas. Durante el día, las torres utilizaban un sistema de señales de humo, y de fuego durante la noche. Desde esta torre también se transmitían mensajes a la ciudad de Alcúdia mediante banderas ondeantes en lo alto de un palo.
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