El nombre de Petra ilustra por sí mismo las particularidades del pueblo. Los pobladores romanos simbolizaron con una piedra la esencia principal de este lugar y todavía hoy, después de casi veinte siglos, la misma imagen nos sirve para definir el paisaje físico y humano de la población. Petra reúne todos los ingredientes básicos y comunes de los pueblos del Pla: Una llanura de tierras fértiles interrumpida por pequeñas elevaciones. En el caso de Petra el Puig de Bonany es el contrapunto que rompe la horizontalidad de la zona y los lugares desde donde se puede admirar buena parte de Mallorca, del Plan, de la sierra de Tramontana y de la Bahía de Alcúdia. Este mirador excepcional ha sido siempre la referencia histórico-social y religiosa de los petrers, el punto en torno al cual ha girado la vida del pueblo para que en el Puig se encontró la Madre que ha protegido las mieses y la salud de la población. Petra es un pueblo rural de gran actividad agrícola y ganadera hasta un pasado muy reciente, que queda testimoniada por los molinos que aún hay, por las posesiones como Son Mieres, Son Santandreu, Los Cabanells Viejos y Ses Cabanasses y para los oficios artesanales dedicados a la fabricación y mantenimiento de maquinaria agrícola tradicional. La otra actividad principal del pueblo ha sido la extracción de piedra arenisca y de material de construcción. Es también un endavament importante de vías de comunicación con otros pueblos del Plan y de levante de la isla, y esto ha facilitado las relaciones socioeconómicas con estas comarcas.
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